Del entusiasmo por entrenar

Extracto de una carta a un alumno que me comentaba que no tenía mas ganas de entrenar por el momento.

 

Respecto a lo de tu entrenamiento te cuento que montones de veces en mi camino me encontré con etapas en las que no tenía ganas de ir a entrenar o que incluso no le encontraba sentido a la práctica. Ya no me llenaba como al principio cuando todo es novedoso y aprendemos mucho en cada clase. Las primeras veces que me pasaba eso dejaba de entrenar. Incluso al empezar la universidad comencé faltando, primero por exámenes y después  bueno, después ya no necesitaba causas para faltar, solo faltaba. Con el tiempo terminé abandonando por casi 3 años seguidos. Luego, después de muchas vueltas me decidí a volver (siempre me cruzaba a algún viejo compañero o a mi instructor de ese entonces, y les decía cuantas ganas de volver tenía, pero nunca hacía nada para volver). Como te decía, cuando me decidí a volver, estuvo muy bueno porque había madurado mucho de lo que había aprendido y volví a estar entusiasmado con mi entrenamiento, pero por otro lado veía todo el crecimiento que habían tenido todos, todas las historias que habían sucedido en mi ausencia, y me daba pena haberme perdido de tanto.
Luego de eso, tuve sucesivas veces en las que me «des-entusiasmé» con el entrenamiento, algunas de ellas volví a faltar y otras me mantuve entrenando. Lo que pude aprender de esas experiencias y de charlas con otros buyu es mas o menos lo que sigue:
– Esas etapas nos pasan a todos. A todos. A algunos antes, a otros mas tarde, pero tarde o temprano todos perdemos el impulso y entusiasmo de los primeros días. Pero lo bueno es que es transitorio.
– Tienen que ver con el crecimiento dentro de cada uno. En mi opinión el crecimiento en el budo no es lineal, sino que es escalonado, o con mesetas. Hay momentos en los que crecemos mucho, y otros momentos en los que el crecimiento parece detenerse y es como si no avanzáramos o el entrenamiento fuera siempre igual. Esas etapas yo las entiendo como momentos en lo que todo lo aprendido se asienta y decanta fijándose en nuestro interior. Una vez que sucede esto estamos listos para una nueva etapa de crecimiento  y es cuando sentimos que el entrenamiento es fresco y entusiasma nuevamente. Por lo tanto son etapas naturales e importantes dentro de nuestro camino. Creo que si no tuviéramos esos momentos no tendríamos la pausa o el silencio para incorporar o asimilar lo aprendido y continuar aprendiendo y creciendo. Si el crecimiento fuera lineal nunca perderíamos el entusiasmo, pero habría muchas enseñanzas y aprendizajes que se perderían en el camino.
Te cuento esto no para convencerte de que sigas, sino para que veas que es algo normal en el Budo. A mi me hubiera gustado que en las veces que elegí abandonar el entrenamiento haber tenido estos aspectos mas en claro. Creo que mi decisión hubiera sido diferente. Creo que el camino es personal y cada uno va decidiendo y aprendiendo en su medida. Las enseñanzas y aprendizajes aparecen en la medida que cada uno los va necesitando, pero siempre está bueno conocer la experiencia de quienes caminaron antes para ahorrarnos tiempo y poder aprender y experimentar situaciones nuevas que podamos legar a los que vienen detrás nuestro. De esta manera no solo crecemos nosotros, si no que evolucionan también el grupo y el arte.